A lo largo de la historia, la comunicación humana ha evolucionado creando lenguajes verbales y no verbales en diferentes canales, uno de los no verbales que precede a nuestro tema de estudio es la escritura la cual tiene su propia evolución, que en síntesis comenzó con pictogramas posteriormente mutando a ideogramas para llegar al alfabeto. “Un paso en la evolución de estos signos se puede ejemplificar con los pictogramas sumerios primitivos o los jeroglíficos egipcios, que eran representaciones figurativas de objetos de la época, animales o personas, cuyo significado era simple y directo”. (Frutiger, 1981, pp. 85 y 87). Los pictogramas pese a su antigüedad (50,000 a.C.) se han mantenido vigentes y hoy en día conviven muy bien en el mundo moderno.

Podemos observar que en sus significados es una constante llamar de una palabra a la otra para autodefinirse, lo cual nos hace entender que hay una gran similitud entre ellas y en lo que la mayoría concuerda es que son una representación de algo. También es importante respondernos qué son los iconos y cuál es su función actual para entender nuestro tema de estudio. En el diseño los iconos idealmente son una representación visual global, y su función es simplificar la comunicación de manera rápida y simple, sin importar quién y dónde lo observen. Una vez entendida la similitud entre los términos antes citados utilizaré símbolo para referirme a estas representaciones visuales que en este caso estarán enfocadas al corazón.

Sin embargo, fue hasta la Edad Media que el corazón obtuvo su significado actual, ya que fue utilizado en la teología cristiana, destinado a representar a Jesucristo y su amor, rápidamente se comenzó a popularizar en el arte y la literatura de esa época. Para cerrar el concepto llegaron los ingleses con el Día de San Valentín en el siglo XVII y el símbolo del corazón fue la opción obvia para reflejar el nuevo día festivo. Lo curioso fue que cuando los médicos bocetaron al órgano, éste no se alineaba con el símbolo de corazón existente, pero fue mas la fuerza que el símbolo ya tenía intrínseco que su propia realidad. “El símbolo es potencialmente un dispositivo altamente versátil, que se puede utilizar para ilustrar muchas ideas diferentes. Por yuxtaposición, asociación y analogía, el diseñador puede manipularlo, alterar su significado y explotar sus posibilidades visuales”. Paul Rand (1970).

Existen dos casos de impacto en los que los símbolos muestran perfectamente su poder de comunicar en un carácter de lenguaje. Uno de ellos es la campaña que desarrollo Milton Glasser (1977) para la ciudad de Nueva York, I ❤ NY, por encargo de la misma, en la cual literalmente se sustituye la palabra love por el símbolo de corazón, logrando que se entienda claramente el mensaje, ha tenido tanto éxito que se ha replicado “n” veces con innumerable cantidad de variantes. El otro gran ejemplo es el que realizo Paul Rand (1981) para IBM en su poster Eye-Bee-M, donde de manera simbólica sustituye dos letras del logo de la compañía por un icono de la fonética de cada letra, es decir un ojo (eye= I) y una abeja (bee=B), creando una grafica llamativa, pero sobre todo atrevida para la época y la compañía. Estos dos ejemplos no solo son aplaudibles por pensar diferente, sino también por hacer notar esa gran posibilidad que los símbolos tienen en la comunicación.

Un reciente jugador más en el campo de los símbolos son los emojis creados en Japón en 1999 por Shigetaka Kurita para una empresa de comunicaciones. El éxito obtenido no pasó desapercibido en occidente y poco a poco empresas como Apple y Google por mencionar algunas los fueron incluyendo en sus dispositivos para que los usuarios le dieran un significado propio y los adoptaran como los pictogramas de la era moderna.

Sería interesante analizar las nuevas connotaciones que este símbolo ha tenido dentro del mundo digital las cuales difieren de su significado original. Su representación gráfica sigue siendo la misma pero la interpretación que le da el usuario está en constante evolución. A través del análisis, estudio y experimentación por la que nos guie esta investigación se analizará la posibilidad de obtener un icono que signifiqué lo que representa.

A partir de la década de los noventas cuando el uso de la computadora personal inició su masificación, sistemas operativos comenzaron a utilizar iconos con el objetivo de hacer una interfaz más amigable ya que previamente era mucho más compleja. En paralelo, internet creo múltiples posibilidades de realizar nuestras tareas habituales y a la vez creo nuevas necesidades dentro de un ecosistema digital.

Modalidades como el touchscreen han sido otro detonante ya que al eliminar el teclado físico y/o botones abrió un abanico de posibilidades de desarrollar nuevas formas de comunicación gráfica. Gracias a convenciones, se ha logrado unificar símbolos globalmente, permitiendo que cualquier persona no importando su idioma lo entienda. Es importante resaltar el valor que tiene los símbolos ya que sintetizan gráficamente de manera simple ideas complejas, logrando tener una mejor comunicación tanto en el mundo análogo como el digital.

Los avances de la tecnología han permitido tener una gran conectividad entre personas a través de un sin fin de dispositivos y plataformas, a tal grado que la inmediatez de respuesta es fundamental en la vida moderna. Este mundo digital ha creado nuevas necesidades derivadas de la conectividad, cosas tan sencillas como tener batería, compartir contenido, trazo de rutas, geolocalización y hasta dinero, lo cual nos hace dependientes de nuestros dispositivos.

Es indiscutible que las redes sociales han cambiado las reglas del juego, rompiendo las barreras que existían entre individuos, instituciones, marcas, gobiernos y de cierta manera han democratizado el mundo digital ya que cualquiera puede libremente emitir opiniones y generar contenido.

Hace 10 años Facebook realizó una pequeña añadidura a su interface con el objetivo de fomentar la interacción entre los usuarios, el botón de “like” o “me gusta”. La dimensión de su impacto en ese entonces, era difícil de calcular, la era del marketing digital y nuevas formas de auto-empleo estaban por nacer. Cinco años después de su creación el sueño de convertirse en influencers y recibir obsequios de marcas reconocidas, productos, experiencias y viajes era cada vez más común. Las empresas deseosas de generar más publicidad e impacto se encuentran de cacería de los perfiles con mayor número de seguidores y por supuesto de corazones en rojo sobre sus fotografías y videos promoviendo un estilo de vida o recomendaciones “personales” de productos los cuales han sido resultado de una negociación previa con grandes empresas. Los días de postear fotos de manera casual están contados y cada vez la generación de contenido profesional y creativo se vuelve más común dentro de los perfiles, todo con el objetivo de generar más likes.

De acuerdo a cifras de la agencia de marketing digital Omnicore (septiembre 2019), diariamente se generan 4.2 billones de likes a nivel mundial y respecto a los usuarios el 72% de ellos son adolescentes. Las ganancias se estiman alcancen los 14 billones de dólares, de ahí que el 69% de los especialistas en marketing de la unión americana planeen gastar la mayor parte de su presupuesto en Instagram. De aquí que el mundo digital resulte tan o quizás más importante que la vida real y la “generación like” haya adoptado el símbolo del corazón como un parámetro de reconocimiento, poder, valor y autoestima incluso perdiendo gradualmente el derecho a la intimidad, privacidad e incluso salud. “Más allá de todo eso, cuando un usuario de las redes sociales empieza a darse cuenta que está recibiendo un número significativo de likes, y alcanza un estatus importante en cualquier plataforma de este tipo, en su cerebro se incrementa de inmediato la producción de dopamina por las emociones que esto le genera. Lo negativo es, que lo mismo sucede con aquellos que consumen cocaína u otra sustancia que afecte el correcto funcionamiento del cerebro, porque se tornan adictos a experimentar esas emociones, y el día en que no lo consigan sentirán tristeza o depresión con más facilidad”, asegura Jamison Monroe, fundador y director del Newport Academy, centro médico para el tratamiento de enfermedades mentales en adolescentes en los Estados Unidos.

El símbolo del corazón forma parte de un nuevo lenguaje para comunicarnos dentro del mundo digital, de tal manera que algunos likes en un perfil determinado se pueden interpretar como un interés o flirteo pero la revisión exhaustiva (stalkeo) y likes en demasía puede ser una señal de acoso. Pero, ¿por qué la importancia del símbolo del corazón? Quizás la respuesta sea que en un acto reflejo y casi automatizado de un click estamos emitiendo un juicio cualitativo y muchas veces empático de lo que el feed nos está ofreciendo, promoviendo que los usuarios cada vez se esfuercen más en generar contenido creativo y original para lograr el mayor nivel de aceptación y popularidad.

Pero no todo es frivolidad y desordenes mentales, de acuerdo al análisis anual de Instagram (2018) el gif más utilizado fue el Heart Love Sticker de Arata, mientras que Heart Eyes fue el filtro facial más utilizado en historias. En el feed, el emoji de corazón se usó en comentarios más de 14 mil millones de veces; traduciendo que el amor sigue siendo una prioridad para los usuarios de dicha red social. Finalmente, pero no menos importante, millones de personas usaron el poder del símbolo del corazón para hacer oír su voz en 2018. Los principales hashtags del año fueron #metoo (1,5 millones), #timesup (597K), #marchforourlives (562K), lo que demuestra que el corazón puede ser una poderosa herramienta para que las personas se expresen y den luz a causas significativas.

Me di a la tarea de buscar de manera aleatoria un número considerable de símbolos de corazón hechos por distintas personas con el propósito de entender la cantidad de posibilidades de formas que pueden expresar el mismo significado. Varios tipos de trazos geométricos versus orgánicos, distintos tipos de grosores, sólidos, realistas, pixeleados y caricaturescos en los cuales se pueden denotar diferentes líneas de diseño y como resultado obtenemos un conjunto de símbolos estéticamente subjetivos ante el observador. Una de las características principales de los símbolos modernos es su simplicidad, el “menos es mas” (Mies Van der Rohe, 1947). A manera de experimentación sobrepuse estas distintas tipologías de corazones y como resultado obtuve un área común en la cual todos convergen. Irónicamente y para mi sorpresa el resultado gráfico de dicha síntesis fue la forma más pura y simple de este símbolo: dos círculos y un cuadrado.

Esta es la belleza del diseño de logotipo: capturar de una manera tan simple un concepto o idea tan compleja. Usar la menor cantidad de elementos posibles en el diseño y ser particular, distintivo y reconocible al mismo tiempo (Paul Rand, 1991).

Actualmente en el contexto digital existe una necesidad de abstraer ideas de manera gráfica que las marcas utilizan para comunicar servicios, prestaciones, cualidades y bondades de sus productos a los que denominamos iconos; que en el mejor de los casos están alineados a su propio branding. Google a partir de su know-how crea Material Design atreves del cual plantea guías para diseñar iconos capaces de vivir de manera óptima en el mundo digital y convivir responsivamente en cualquier dispositivo. En base a la experimentación, las guías de Google y tomando en cuenta los siete principios de diseños plateados por Paul Rand (1991) −distintivo, visible, adaptable, memorable, universal, atemporal y simple− concluí gráficamente en la manera más sencilla de representar el símbolo del corazón.

Inicialmente me hubiera atrevido a afirmar que por segunda vez en su historia este símbolo cambiaria de significado o que evolucionaría en un nuevo símbolo con el cual permitiría que el corazón conservara su significado más popular (amor).

En el entendido que existen dos mundos (digital y offline) es claro que el símbolo del corazón tiene un significado distinto en cada uno de ellos a pesar de que en un principio no era esa la intensión y ahora podemos comprender el símbolo del corazón en el mundo digital con nuevos valores diferentes al amor.

La iniciativa de algunas redes sociales como Facebook y Twitter de eliminar el símbolo del corazón de sus plataformas nos invita a reflexionar si la fuente del problema es en realidad dicho símbolo o la interpretación y connotación que nosotros como usuarios le hemos dado.

Referencias

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